Hace un par de años un medio deportivo digital –cuyo nombre ni siquiera merece ser enunciado- redactó una nota sobre las voleibolistas de playa en los Juegos Panamericanos Lima 2019, con el siguiente encabezado: “¡Lástima chavos! Los inusuales uniformes de voleibol de playa en Panamericanos” (sic) y continúa con párrafos como “los fanáticos del voleibol de playa femenil se han quedado con las ganas de ver los partidos con los característicos bikinis, sin duda uno de los principales atractivos en este deporte”.
Hace unos días la noticia fue, nuevamente, en razón de la ropa deportiva femenil. La selección noruega de balonmano de playa decidió vestir shorts –durante el Campeonato Europeo de Balonmano celebrado en Bulgaria– por cuestiones de comodidad y a manera de protesta, en lugar de los bikinis de no más de 10 cm de anchura que estipulan las reglas de la Federación Europea de Balonmano, durante el partido por la medalla de bronce.
Parte del deporte es la imagen, sí, pero eso no justifica las imposiciones de vestimenta hacia la rama femenil que cosifican el cuerpo de las mujeres y reducen su desempeño atlético a un espectáculo donde resulta más relevante que luzcan su belleza y no las aptitudes físicas y mentales con las que cuentan.
A pesar de que la Federación noruega pidiera desde inicios de año la revocación de esta norma, las amenazas de multar y descalificar a las seleccionadas las obligaron a utilizar el bikini durante gran parte del torneo. Ese último encuentro deportivo disputado en shorts les costó una multa de mil 500 euros por jugadora.
La cantante y estrella de pop norteamericana, Pink, entró al quite: se ofreció a pagar la multa y dijo estar «orgullosa» del conjunto noruego por protestar contra la regla (sexista) de usar pantalones cortos. «Estoy MUY orgullosa del equipo noruego de balonmano playa POR PROTESTAR LA MUY SEXISTA REGLA SOBRE SU ‘uniforme’. La Federación Europea de Balonmano DEBERÍA SER MULTADA POR SEXISMO. Bien por ustedes chicas. Estaré feliz de pagar sus multas. Sigan así».
I’m VERY proud of the Norwegian female beach handball team FOR PROTESTING THE VERY SEXIST RULES ABOUT THEIR “uniform”. The European handball federation SHOULD BE FINED FOR SEXISM. Good on ya, ladies. I’ll be happy to pay your fines for you. Keep it up.
— P!nk (@Pink) July 25, 2021
Noruega cuenta con el apoyo de selecciones como la de Suecia, Dinamarca y Francia para luchar por un cambio en este tipo de decisiones sexistas cuyo propósito se aleja de cuestiones deportivas.
Dado el revuelo que tuvo el incidente en los medios, la Federación Europea de balonmano –que había catalogado la ropa de las jugadoras como «inadecuada» y consideró que había sido una «infracción de las regulaciones de ropa»– también se ofreció este lunes para donar la cantidad pagada por la Federación Noruega de Balonmano «a una importante fundación deportiva internacional que apoya la igualdad de mujeres y niñas en el deporte».
Las protestas contra esta sexualización dentro del mundo deportivo se hacen cada vez más presentes. Por mencionar un último ejemplo, en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, las integrantes de la selección de gimnasia de Alemania se presentaron a su entrenamiento con un atuendo distinto al traje que estamos acostumbradas a ver. Se trata de un mono de cuerpo entero que cubre también las piernas. TE RECOMENDAMOS: https://diosasolimpicas.com/gimnastas-alemanas-alzan-la-voz-no-mas-uniformes-que-las-sexualicen/
¿Por qué las reglas para los equipos masculinos sí pueden ser más flexibles? En el mismo caso del balonmano playero, por ejemplo, el reglamento dicta que el equipo masculino debe utilizar pantalones cortos que no sean muy holgados, pueden ser largos pero deben quedar 10 cm por encima de la rótula.
Seamos claras: las mujeres deben exponer sus glúteos, ellos no.
Decidirán. Ellas. De eso se trata.
