Naomi Osaka brilla. Y no lo digo solo por su forma de jugar tenis, sino por el propósito de su vida: “El tenis no sirve para nada… es lo que hago y me gusta, pero hay cosas más importantes en el mundo”, dijo en la docuserie centrada en el seguimiento a dos años de su carrera y vida como tenista profesional que se estrenó este 16 de julio en Netflix.
No pude parar. Me desvelé viendo los tres capítulos al hilo. Y te voy a decir algo, el documental está tan bien hecho, que no necesita un título más que su nombre: Naomi Osaka. Ella es el guión. Ojo, Naomi no quiere encajar en tu mundo, ni en el mío, ni en el que como atleta famosa le quieren imponer. Ella juega con sus reglas. Y te darás cuenta cuando te hable de moda, de sus raíces culturales, de su activismo.
Más allá de la exquisita edición y producción –en la que por cierto participó el estrella de la NBA Le Bron James–, te recomendaría que también prestes especial atención a los silencios, a su forma de mirar, a sus palabras. Naomi es una buscadora de vida, un agente que vino a este mundo más para cuestionar que para responder.
Por eso, la atleta femenina mejor pagada del mundo, se retiró en la segunda ronda del Abierto de Francia de este año después de un enfrentamiento con los oficiales del torneo tras anunciar que no participaría en dar entrevistas posteriores al partido de Roland Garros pues deseaba “proteger su salud mental”.
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“Aunque la prensa del tenis siempre ha sido amable conmigo (y quiero disculparme especialmente con todos los periodistas geniales a los que puedo haber lastimado), no soy una oradora pública natural y siento grandes oleadas de ansiedad antes de hablar con los medios de comunicación del mundo».
La mayoría de sus seguidores lo entendió. Algunos la criticaron. En lo personal, creo que se trata de empatizar con esa sensación que sintió cuando, de repente, el mundo puso miles de flashes sobre su rostro sin apenas avisar y tras ganarle a Serena Williams en el Abierto de EU del 2018. Su fama se disparó: —»Creo que la cantidad de atención que recibo es algo ridícula. Nadie te prepara para eso»— comenta Naomi en la docuserie.
La cuatro veces campeona de Grand Slam fue multada con 15 mil dólares por su decisión de no dar entrevistas. De hecho, los funcionarios del torneo amenazaron con expulsarla totalmente del Abierto de Francia si continuaba con esa actitud.
Naomi acabó confesando que llevaba un tiempo lidiando con problemas psicológicos y que iba a hacer una pausa, necesitaba tiempo con sus familiares y amigos.
Pero llegó Tokio 2020. Y aunque hubo dudas sobre su participación, estará presente. Es la estrella local. Y brilla más que nunca. Está lista, aunque no deja de preocupar esa ansiedad social que le provoca tanta atención de los medios y para la cual usa sus audífonos cuando sale a la cancha, la calman. Su principal rival será Ashleigh Barty, quien acaba de ganar en Wimbledon y es la actual número uno del mundo. (Naomi es la número dos).
Hija de japonesa y haitiano-estadounidense, Naomi saldrá a buscar el oro, estará en casa y podrás verla jugar desde el 23 de julio hasta el 1 de agosto. Claro, si tienes la valentía para sentarte a ver el documental sobre su vida y no llorar… como yo…
FRASE
“Sigo a la demás gente. Hasta ahora no encontré un camino que me gustara… una se tiene que hacer un camino propio”.
FUENTES: FOS, CINEMANÍA, EL COMERCIO.
DIRECTOR DE LA DOCUSERIE: Garrett Bradley.
EL DATO:
Ha firmado acuerdos de patrocinio con muchas de las marcas más importantes del mundo: Nike, Louis Vuitton, Beats, Levi’s, Sweetgreen y varias otras, ganando más de $ 55 millones solo en el último año, según el New York Times.