A una década de la caída del régimen talibán en Afganistán, el grupo islámico vuelve al poder tras la toma de Kabul el domingo 15 de agosto. El respeto hacia los derechos de la mujer será dentro de la ley Sharia o ley islámica, así lo indicó en conferencia de prensa Zabihullah Mujahid, portávoz de los talibanes.
De 1996 a 2001, período del gobierno talibán, la imposición de normas extremas y penalidades de la ley islámica atentó contra los derechos humanos. Con el retorno al poder, las afganas temen un retroceso en los logros y la reivindicación de sus derechos; entre estos el ejercicio del deporte.
La actividad deportiva fue prohibida para las mujeres hasta 2001 y hoy vuelve a estarlo por ser una una de las 29 restricciones dirigidas a este grupo social. Para dimensionar el futuro de las afganas, la Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán (RAWA) dio a conocer la lista de prohibiciones y castigos.
Durante el régimen talibán las mujeres pagaban con la vida si desobedecían la norma. En los años posteriores al derrocamiento insurgente islamista, las afganas fueron conquistando derechos y libertades, pero con la constante amenaza sobre sus acciones.
En el 2019, una futbolista de Herat contó la situación de las deportistas afganas: “Varios desconocidos contrarios a que las mujeres hiciésemos deporte mandaron cartas a nuestro entrenador. Decían que estaba prohibido, y advertían de que si seguíamos cometerían atentados suicidas contra nosotras”.
Junto a este testimonio, recopilado por Rohullah Soroush, investigadora del Afghanistan Analysts Network (AAN), se suma el constante acoso sexual que viven quienes practican un deporte. Estas peticiones sexuales hacia las mujeres son habituales en cualquier categoría deportiva, según las entrevistas de mujeres deportistas para AAN.
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En 2018, el diario The Guardian dio a conocer los abusos y violaciones sexuales del presidente y funcionarios de la Federación de Futbol de Afganistán (AFF) hacia las jugadoras de la selección nacional femenil.
Aunque mujeres y niñas afganas han tenido que soportar amenazas, abusos y violaciones por ejercer sus derechos siguen empoderándose a través del deporte. Han vivido sueños históricos como el debut en unos Juegos Olímpicos.
Fue en Atenas 2004 donde, por primera vez, Afganistán tuvo representantes femeninas en unos JJ.OO. Rubina Muqimyar, velocista en 100 mts., compitió apegada a los preceptos del Corán, vestimenta que cubra el cuerpo dejando libre el rostro. Friba Rezayee contendió en la cateogría de yudo.
También, un hito en el deporte fue el debut del boxeo femenino en una justa olímpica. La pelea por los derechos de las mujeres estuvo en el cuadrilatero de Londres 2012. Sadaf Rahimi es el rostro de la primera boxeadora afgana olímpica.
Hoy el sueño olímpico vuelve a apagarse y todo lo que implica el ejercicio del deporte femenil. El portavoz del Comité Olímpico Panamericano (IPC) anunció la retirada de la delegación afgana de los Juegos Paralímpicos. La atleta Zakia Khudadadi iba a convertirse en la primera representante paralímpica.